abril 04, 2011

Tres actos, una conclusión.

I n d i f e r e n c i a .






+ Primer Acto.

La noche del sabado fue testigo de lo mucho que me importas.

[...porque es cierto, a pesar de todo lo pasado te considero mi amiga; estuviste en dos momentos muy cabrones de mi vida; me diste todo para levantarme y no pensar en nada más, solo en estar bien conmigo mismo; me diste muchas alegrias, y muchas satisfacciones...]

Quise compartir el momento mas cabron de mi vida -que estoy viviendo, ahora, now- contigo; contigo, con mis hermanos, y con algunos más que ambos conocemos.

Deseaba que brincaras de alegría por el simple gusto de verme despues de tanto tiempo.

Hasta llegue a pensar que brindarias conmigo por mi felicidad, porque siempre me dijiste que merecia ser feliz, que ya me verías en unos años -y claro que lo merezco-

Pero fue todo lo contrario.





+ Segundo Acto.

Me viste... se que lo hiciste.

Recuerdas esa sensación de... ¿culpa? ¿desprecio? ¿dolor? ¿envidia?

[...si, yo también la tuve en algún momento...]

Te acabe, no hay duda. Sabes que la indiferencia es una de mis mayores cualidades y esta vez no podia fallar. Y aun con que tropezabas accidentalmente conmigo, no fue suficiente par dirigirte un simple suspiro, una escueta mirada... o hasta un lastimoso 'hola'.

Y seguramente deseabas estar en otro lugar menos ahi. No encajabas: todos tus fantasmas del ayer hacian nuevamente su aparición para maltratarte, menospreciarte y hasta culparte por lo que nunca quisiste reconocer.

Es cierto, el tiempo a destiempo te trajo a mi. Demasiado quizás.





+ Tercer Acto.

Y al final...

Queria que todo el mundo muriera de envidia por la alegría que traia a cuestas. Por estar ahi, compartiendo mi mundo con ella.

[... y viceversa, porque se que le agrado estar ahí, conmigo...]

Y lo hice: más de 37 -entre viejas y si se dicen hombres- me miraron con desprecio, otros con gusto y algunos hasta con envidia. Me di el lujo de menospreciar a otros 23 especimenes y mandar al cuerno a 13.

Y solo por el hecho de ir como nunca antes: en pie! Dispuesto a defenderla con todo. Con la intención de sentirme vivo, por el simple hecho de estar con ella -y hasta sentirme enfermo durante toda la noche-

Esta noche fue nuestra, y de nadie más.

No hay comentarios: